De un tiempo a esta parte, seguidores de nuestro trabajo como articulista sobre temas relacionados al mundo del cómic, nos han solicitado que expresemos nuestro punto de vista antropológico sobre un reciente debate en ejecución actual, pero que en realidad ha estado implícito desde la creación del personaje que ocupa este artículo, La Mujer Maravilla.
Para nadie es un cuento que el morbo es inherente en la humanidad y que si éste es magnificado, obtenemos enormes beneficios del mismo si es asociado a un personaje de la cultura popular de los paquines (llamados así en nuestra República Dominicana), tebeos (exclusivamente para España, debido a la desaparecida historieta T.B.O. publicada entre 1917-1998) y cómics para Estados Unidos y gran parte de Latino América desde hace buen tiempo.
Aunque resulte chocante para muchos de los lectores y más aún para aquellos que crecieron admirando las proezas de La Mujer Maravilla, lo cierto es que los creadores del personaje, la pareja de esposos William Moulton Marston y Elizabeth Holloway Marston, posiblemente hayan jugado a probar la reacción de una sociedad que siempre ha visto con reserva el tema de la homosexualidad. Crearon un personaje que rápidamente ganó extrema popularidad y sitiales importantes en los canones de los súperhéroes.
Lo que nadie se detuvo a pensar detenidamente fueron los orígenes de la Princesa Diana de Themyscira dentro del contexto de que nació, se crió y vivía en una sociedad exclusivamente habitada por mujeres y apartadas de todo tipo de contacto con hombres.
El dato no fue tomado en cuenta y en cambio, los lectores se centraron en los poderes que poseía la semidiosa, que además era bella, atlética e inteligente.
El tema en sí resulta espinoso para aquellos quienes se encariñaron con el personaje y ahora tengan que "aceptar" que posiblemente La Mujer Maravilla (muy a pesar de sus sonados romances con Batman/Bruce Wyane y Superman/Clark Kent) tenga además tendencias lésbicas.
A una gran cantidad le importará un bledo porque socialmente no representa un problema para ellos, pero, ¿Qué problemas reales podría representar esta aceptada revelación ante la sociedad?
Impacto cultural
Durante el desarrollo de una actividad colegial de niños en edades comprendidas entre 5 y 9 años, una madre estaba en el lugar supervisando a su hija jugar con otras amiguitas y de repente una de las menores ve con asombro cómo la madre le arrebata una muñeca del personaje en mención y le advierte que "no debería jugar con muñecas que representan a los homosexuales".
Tardaría media vida en explicársele a un niño el por qué de la reacción de esa señora.
Lo cierto es que en la cultura popular, siempre han existido dos versiones reales sobre un personaje famoso sea éste ficticio o no y por ende, se explora el que comercialmente convenga mejor adaptado al momento y época.
Así de sencillo miramos atrás y vemos cómo estos personajes han ido evolucionando desde cambios radicales en su vestimenta hasta sus "reales" orígenes muchas veces añadiendo o quitando características que podrían entorpecer el plan original: diversificar su creación a través del tiempo.
Para quienes crecieron en nuestra generación, entenderán que la revelación obedece a una aceptación de que el personaje (aunque nunca se haya publicado) pudiera haber tenido relaciones sentimentales con una persona del mismo sexo dadas las condiciones de exclusión en que vivía. Explicarnos eso de niños hubiese sido muy complicado después de ver interminables capítulos de los "Súper Amigos" y leer incontables paquines de ella en solitario y como miembro-fundadora de la Liga de la Justicia.
El problema, para muchos, viene precisamente del tratamiento en los medios que siempre se le inyectó al personaje y lo poco o nada que se exploró de sus orígenes auténticos. La percepción global del personaje se vio asociada siempre al espíritu emprendedor femenino sumado a eso con el poder que la mujer representa y por supuesto, la belleza en todo su esplendor (aunque ésta última característica es netamente subjetiva).
En 1967 hubo un fallido intento con "Who's Afraid of Diana Prince?" (intentando aprovechar la popularidad de la serie de "Batman") y luego un piloto de 75 minutos convertido en una película expresamente hecha para la TV y que daría al traste con una serie, "Wonder Woman" de 1974 con Cathy Lee Crosby en el rol titular (imagen a la izq.).
Pero el asunto no llegó a niveles de ratings esperados y la idea fue descartada. Tal cual se ve en la imagen a la izquierda, el traje estaba vagamente basado en el sexy atuendo en bikini del personaje original y la idea de presentar a una Mujer Maravilla rubia tampoco caló en el gusto popular.
La Warner y ABC no desistieron en llevar una nuevamente otra versión con actores reales del personaje a la TV y entonces se comisionó un grupo de guionistas para crear una película que fuera más fiel a la creación de William Moulton Marston y que sirviera nuevamente como piloto para si causaba furor, convertirla en una serie.
Fue allí en donde todo el que vió TV durante el lapso 1972-1979 reconociera y recuerda aún que la imagen de La Mujer Maravilla fuera de los cómics fue representada con altos índices de aceptación por la elegante y ex Miss Mundo EE.UU. 1972, Lynda Carter.
El fenómeno fue instantáneo y además la atención mediática que giraba en torno a la figura de la Carter propulsó satisfactoriamente la popularidad de la serie.
Su imagen además fue el rostro oficial de interminables comerciales de TV de la línea de cosméticos Maybelline y los reconocida marca de lentes de contacto Lens Express.
La serie se alejó de temas de origen del personaje y en ninguno de los 59 capítulos (más la película-piloto) se hizo referencia al tema en cuestión.
Se enfocaron en aprovechar el atractivo físico de la protagonista y fue tal el impacto, que su influencia fue utilizada por la serie animada "Los Súper Amigos" y también "La Liga de la Justicia", así como paquines durante todo los 80s.
Luego de eso, el interés fue disminuyendo y tras la tercera temporada el show fue cancelado. En ese momento el blanco de público era conquistar a los adolescentes, pero éstos habían desviado su atención en otras icónicas porpiedades que comenzaban a tomar parte de la fórmula sacada del cómic y que podía adaptarse a la TV o al cine.
Ya en tiempos recientes la fiebre volvió a generar cierto tipo de interés debido al sonado éxito de películas basadas en súperhéroes y aprovechando nuevamente ese momentum en 2011 se realizó otro film-piloto con la intención de llevar al personaje a la TV, pero fue un estrepitoso fracaso de audiencia. El público no asimiló a una Mujer Maravilla en vida moderna (interpretada por Adrianne Palicki) y criticaron ácidamente el diseño del traje que era una especie de actualización del que vistiera en Cathy Lee Crosby en 1974.
Actualmente Gal Gadot, la actríz de origen israelí, es la más reciente fémina seleccionada para encarnar una versión de carne y hueso del personaje y llevarla definitvamente al cine.
La cinta (tráiler más abajo) que se estrenará en Junio del 2017, se basará bastante cerca en los orígenes del personaje.
Veremos a Diana en su habitat excluido de todo contacto masculino y a su vez colocándola (tal cual el cómic) al lado del piloto norteamericano Steve Trevor (interpretado por Chris Pine) cuando éste cae en los limítrofes del área donde vive la Princesa.
No obstante, la Gadot adujo recientemente que de explorar la posible condición lésbica del personaje, le gustaría que ficharan a la actríz Halle Berry en esos menesteres.
Sus declaraciones no dejan claro si su contrato contempla esa parte a interpretar en futuros filmes en solitario (ya fue vista en su debut al lado de Batman y Superman en la cinta de este año que enfrenta a éstos y repetirá en "La Liga de la Justicia en 2017 y su secuela en 2019).
Nuestra opinión
Lo cierto es que al momento de hacer revelaciones que podrían causar revuelo en materia social, se debe ser cauto porque se lesionaría el interés general del producto (en este caso un personaje con ribetes de heroína) y que afectaría en gran modo la percepción y aceptación del mismo.
En otras palabras: hasta que las sociedades mundiales no se abran respecto al tema de la homosexualidad, será difícil presentar algo ahora como "normal" cuando se nos presentó como "prohíbido" hace décadas. Miremos también el tema desde la perspectiva de un cambio de etiqueta de un producto de consumo masivo. Para eso hay que realizar estudios bien adecuados para cuando se relance el producto se pueda convencer al consumidor de que es "lo mismo, pero renovado".
Quizás sea como el caso de Lynda Carter en junio de 2008 tras admitir que había sido recluida en un centro de rehabilitación para alcohólicos cuando expresó que "La mejor medida de un ser humano es en la forma en cómo tratamos a las personas que nos aman y a aquellos que amamos".
Si vimos (y consideramos ridícula tras entrar en una etapa adulta) la serie de TV de Batman con Adam West y Burt Ward y luego aceptamos al Batman cinematográfico de Christopher Nolan tal cual se creó, entonces si es cierto que las condiciones de vida forzaron a La Mujer Maravilla a sostener algún tipo de tendencia homosexual y ahora nos lo están revelando, pensamos que es puramente subjetivo el hecho de usted descartar o no el grado de admiración existente hacia el personaje.
Quizás usted se sienta engañado porque nunca se lo dijeron, pero no se puede negar que los creadores tuvieron la premisa perfecta al ubicarla en el lugar donde se desarrolló antes de tener contacto fuera de su mundo. Además la exposición de ella siempre fue heterosexual (por los amoríos con Wayne y Kent, entiéndase Batman y Superman) y posiblemente les resulte complicado aceptar su real condición.
Es importante siempre tratar de conocer las cosas a fondo aunque tenga usted la sospecha de confirmar que cuando se busca la verdad, quizás para algunos, no todo concluya en un final feliz.
