Para quienes no tengan una idea de quién es Deadpool, deben hacer sus tareas informativas en la página oficial de la Marvel y nutrirse sobre los orígenes del personaje y así tener una idea más clara de su adaptación cinematográfica.
En el cine la primerísima vez que se hizo referencia al personaje en cuestión fue en 2009 con “X-Men Origins: Wolverine” interpretado por el mismo actor actual: Ryan Reynolds. Fue algo muy superficial en ese entonces porque el film no exploraba su vida, sino la de Guepardo.
Lo cierto fue que el público quedó con deseos de ver una parte de la expansión del Universo de la Marvel con este pintoresco personaje.
Por años se comentó si sería o no un hecho la realización de esta película y es que el problema no giraba en torno a quién la interpretaría o por dónde comenzar.
La situación era una que alzaba las cejas de los ejecutivos de la 20th Century Fox al cuestionarse si el público asimilaría una versión fiel del personaje y que no se alejara demasiado de su naturaleza al ser llevada al cine.
No era para menos. Wade Wilson (alter ego de Deadpool) es en sí un personaje cargado de múltiples problemas que al momento de llevarlo al cine, plantearían un reto ya que como parte de la Marvel, la gente común lo asimila como un súperhéroe, pero en el fondo, es algo muy distinto a ese mote.
Wilson es un mercenario. Es además irreverente, charlatán, sinvergüenza, omnisexual, irrespetuoso e irresponsable y encima de eso, posee un rostro desfigurado y es mentalmente inestable. Con todos estos epítetos el término antihéroe le cae como anillo al dedo. Los años han demostrado que la audiencia estaba preparada para ver temas más complejos en cintas basadas en súperhéroes y quizás la Fox entendió eso al experimentar con una adaptación neta de esta propiedad de la Marvel a sabiendas que sería clasificada “R” (para mayores de 18 años).
“Deadpool” se convierte en el primer film de la Marvel para adultos y la audiencia en EE.UU. la aceptó sin reservas. El apodado “Mercenario Parlante” logró conectar con el público gracias a una buena interpretación de Ryan Reynolds más artilugios propios del film que van desde la alocada introducción de los créditos, banda sonora, referencia directa al Universo de los X-Men, una dosis romántica (sí usted leyó bien) y el tono y estructura para adultos previamente mencionado.
Wade Wilson es un mercenario que tiene poco problemas en realizar sus encargos. Cuando es notificado con un cáncer terminal, ve que su mundo se viene abajo y es cuando un extraño personaje se le acerca para ofertarle no solo una solución a su ahora limitada situación existencial, sino que encima de eso, obtendría poderes extraordinarios en el proceso.
Al aceptar sin pensarlo dos veces, el ahora el ex operativo de fuerzas especiales ha quedado desfigurado, pero con poderes de regeneración acelerada, una mente inestable, sentido del humor alocado y habilidades únicas. El siguiente paso: encontrar la persona que prácticamente acabó con su vida.
Si usted es ávido seguidor de los comics, aceptará sin mayores rencores esta adaptación que ha sido bastante fiel a la fuente original. Por otro lado, si es de los cinéfilos que va al cine sin documentarse, “Deadpool” le resultará muy grotesca y de paso, les advertimos, ésta no es una película para niños.
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